domingo, 31 de mayo de 2015

Triunfo con sabor a derrota

Esta historia que les voy a contar es reciente y la verdad que he demorado un poco para empezarla a escribir, debido a quería apartar el plano subjetivo, requisito indispensable para tratar de contar esta historia como fue y aunque el resultado al final nos fue adverso, lo que quiero resaltar es como una estrategia de Motivación puede llevar a movilizar a un conjunto de personas, en busca de ese objetivo. Bueno esta historia tiene que ver con el equipo de fulbito que tuve el privilegio de dirigir como entrenador, esto dentro del marco del campeonato interno de futbol y vóley que por estas fechas suele organizar la empresa donde actualmente laboro. Para empezar, este año decidimos presentar un equipo solo en el área de Administración, debido a la gran cantidad de participantes con que contamos este año. Fue así que decidimos separarnos del equipo de oficina, que por cierto es el último campeón. Entonces la valla estaba alta, pero nuestra verdadera intención era darle participación, representatividad e integración a nuestro personal del área. Hasta aquí, todo perfecto, hicimos nuestra lista de jugadores y vimos que contábamos con exactamente 12 jugadores, requisito máximo para presentarse en el campeonato. La fase de preparación estuvo llena de obstáculos para poder juntarnos y realizar partidos de practica con miras a este campeonato. Solo un par de veces lo pudimos hacer con resultados nada alentadores. La verdad que contábamos con buenos jugadores dentro del grupo, y digo grupo, porque eso es lo que fuimos al comienzo del ciclo. Había que fusionar a jugadores de oficina y personal de almacén que por ubicación geográfica, trabajan en distintos lugares y por lo tanto no se conocían y por lo ende no se tenían confianza. Como les comente, los resultados de los primeros partidos de preparación, no fueron nada alentadores, más bien diría que fue todo lo contrario. Es ahí donde debería empezar nuestro verdadero trabajo, en convertir a este grupo en un verdadero equipo. Para que esto suceda, debíamos crear un objetivo, que sea compartido, aceptado y que lo sientan como suyo. La estrategia que se utilizo fue la de la Motivación, pues esta nos conduciría a la acción, de lo contrario no sería o no estaría bien aplicada esta herramienta tan valiosa en el mundo académico, empresarial y en nuestro caso deportivo. Con este propósito, lo primero que hicimos fue infundir un objetivo, un sueño, que más tarde se convertiría en locura. Pero voy a tratar de narrarles como sucedió que este estado de locura se apodero de todo el equipo, incluido cuerpo técnico, delegado y hasta auspiciadores. La verdad que jugadores de gran nivel futbolístico había dentro del equipo, y como les decía, yo no les voy a enseñar como jugar pelota, porque eso ya lo tenían aprendido desde niños. Lo que podía hacer es ordenarlos dentro del campo para que hiciesen lo que sabían hacer y si esto vendría acompañado de una buena dosis de motivación, entonces el objetivo estaría bien encaminado. Como les comente, la clave para conseguir hacer realidad este objetivo pasaba por la herramienta clave de la Motivación, la cual debería suplir en algo la falta de preparación, que por los motivos antes descritos nos fue imposible juntarnos. Pues bien, lo primero que hicimos fue crear un Chat grupal en el whatsap, con el nombre de Administración Futbol Club, y desde donde empezaríamos a contagiarles ese sueño de lograr el objetivo. El paso siguiente fue encontrar una canción que identifique al grupo y con tal propósito empecé a subir canciones alusivas a temas futbolísticos. Al final quedo una canción que no tenía nada que ver con el futbol. Es una canción de los Fabulosos Cadillacs, y que marco parte de mi juventud con mis amigos de Breña. La canción se llama “Yo no me sentaría en tu mesa”. Hasta acá el nombre no dice nada, pero logro lo que queríamos y que era el unirnos, el identificar que el enemigo está del otro lado, (enemigo hablando deportivamente, era el rival a vencer). Parte de la letra de esta canción dice “por más que quieran sacarnos de nuestro lugar y piensen que solo somos un puñado de idiotas, no nos podrán quitarnos lo que hicimos ya, pues ahora somos más hermanos que antes” y eso era lo que estábamos logrando, el unirnos, el complementarnos, el compartir ese sueño, convertido ahora en locura. En este chat, todos los días a parte de la chacota propia de la alegría de los chicos, se impartía mensajes para meterlos cada día más en el campeonato, teníamos como les comente, que suplir la falta de partidos de preparación con mucha motivación. Hasta que llego el día del partido debut. El rival fue el equipo de Ventanilla, equipo que en la fase de preparación no solo había ganado a cuanto rival se le puso en frente, sino que los había goleado, cosa que a nosotros no nos asustaba. El día del partido por temas de trabajo (hubo despacho en almacén) llegamos con las justas a la cancha, es más mientras los chicos se cambiaban, en los parlantes se anunciaba la cuenta regresiva, que nos daban el partido perdido por walk overt. Entramos con las justas, sin calentar, sin charla previa, de frente a la cancha, fríos y eso se notó desde el principio, pues sufrimos un gol madrugador y en la búsqueda por encontrar el empate, nos encajaron un segundo y definitivo gol. Lo único que hice al finalizar el partido fue pedir a todos nuestros jugadores, que nos dirigiésemos al camerino, allí lo primero que les dije fue, tiene dos minutos para reprocharse y botar todo lo que tengan a dentro, y se dijo de todo. Acabado ese tiempo, me toco darles su café y hacerles ver sus nuestros errores, porque cuando ganamos y perdemos lo hacemos todos. Al final lo único que les pedí, fue que la salir del camerino, no lo hiciesen con una actitud perdedora (a pesar del baldazo que significo esta derrota) sino que salieran tranquilo, pues el campeonato recién empezaba y este nos traería una nueva revancha. Para el próximo partido, el equipo venia medio bajoneado, la tarea de motivación debería ser el doble, fue así que la charla técnica la hicimos el día viernes a la hora de salida (un día antes del partido). Ese día con pizarra en mano, se les dijo lo que queríamos para ese partido, no faltaron la hurras, incluida la chicharra, para darles un tono más a campeonato. En lo que concierne a la barra, nos habían confirmado que Evelyn (desde aquí mi agradecimiento) llevaría una banderola. Adicional coordinamos con Wesly (mi asistente) el llevar unos parlantes para poner música en el camerino, pues el equipo debería salir totalmente motivado, y así lo hicimos. Adicional a todo lo dicho, en la semana recibimos la noticia que uno de nuestros jugadores más conocido como El Chaval, sería papá por primera vez, y a él se le dedicaría el partido, incluso se quedó que al primer gol se buscaría la pelota y se pondría bajo la camiseta en señal de embarazo, tarea que fue realizada por el Chanchis. La charla técnica ya en pleno campo y a minutos de comenzar el partido, fue la siguiente: “Podemos perder, empatar o ganar, eso nadie me lo puede asegurar antes de empezar el partido, y que el resultado al final sería solo anecdótico, pero que algo si me podía asegurar antes de iniciar el partido, era que ese día dejarían la piel en la cancha” y así lo hicieron, el resultado fue de 2 a 0, con goles del Chanchis, a quien en el partido anterior le había dicho que él haría dos goles. Incluso nuestro arquero Renzo atajo un penal. En resumen, el equipo metió, sudo, estuvo compenetrado, en conclusión estuvo altamente motivado. La celebración en el camerino, fue de las que nunca podré olvidar, hubo la infaltable chicharra, las hurras, la música, e inclusive un baile entre Tito y Wesly fenomenal. Todo esto ha quedado grabado en la interna del grupo. Para el siguiente y último partido habría que enfrentar al puntero del grupo Mega Plaza. Para este partido lamentablemente por temas de estudio no podría estar con el equipo, pero la función debería ser asumida por Wesly, quien se puso al equipo al hombro y supo sacar adelante el partido. El resultado fue 4 a 2 con dos goles del Chanchis y dos de Héctor, quien se vistió de 9 y colaboro con dos goles. Y aquí viene lo anecdótico, pues las matemáticas, las fatídicas matemáticas hizo que sacáramos mal la cuenta y según nosotros con la diferencia de dos goles que habíamos obtenido, habíamos clasificado, esto reforzado porque en el partido anterior, el rival a eliminar había ganamos por 4 a 1, y con ese resultado, nosotros solo necesitábamos ganar por dos goles para pasar a la semifinal y así lo hicimos. Recuerdo que en la universidad a cada rato veía el celular, a la espera que me dieran el resultado, que esperaba fuese el que nos diera la clasificación. Grato fue ver en el whatsap la noticia que confirmaba que habíamos clasificado, incluyendo fotografías de ese camerino que ya me imaginaba era un verdadero festín. Lo que siguió fue posteos en el face, con las respectivas felicitaciones de amigos y familiares por la clasificación, habíamos conseguido la hazaña de clasificar, tras un debut nada auspicioso. Al llegar el lunes a oficina, siguieron los abrazos y las felicitaciones y ya empezábamos a diseñar la estrategia para lo que sería la semifinal, cuando de repente empezó a sonar en los pasillos de la oficina, que habíamos sido eliminados. No lo creíamos!, pensábamos que todo era parte de una broma, cuando llego la confirmación que el partido preliminar no había acabado 4 a 1; sino 5 a 1, y con ese resultado estábamos eliminados. Se nos vino la noche!!! Lo que prosiguió fue una seria de reclamos que no vienen al caso recordarlo. El resultado final fue ELIMINADOS! De la noche a la mañana nos convertimos en el hazme reír de la toda la empresa, debido a nuestra celebración que duro todo el fin de semana, la cual ya para entonces ameritaba un FE DE ERRATAS!, pues finalmente estábamos eliminados. Esta eliminación destrozo al grupo, nos cortaron las alas, nos despertaron del sueño, era como que encontraron el antídoto para nuestra locura, de la cual no quería salir, pues queríamos y teníamos equipo para llevarnos el campeonato. Como les comente anteriormente el resultado sería anecdótico y vaya que así lo fue. Pero desde aquí quiero rendirles un homenaje, respeto y agradecimiento al equipo de fulbito de Administración FC, que dejo todo en la cancha, literalmente la piel. Que supo reponerse de un traspié inicial. Que entendió en las épocas de crisis es donde salen los mejores resultados, si el equipo esta compenetrado. Que vivió, sintió y gozo este campeonato como una fiesta Finalmente, voy a recordar una historia que cuenta David Fishman, en su Libro La alta rentabilidad de la Felicidad, el cual dice que cierto día se encontraban dos Monges a punto de cruzar un rio, el cual estaba medianamente caudaloso. Al llegar a la orilla del rio, se percataron que había una mujer que no podía cruzar, pero ellos, los Monges tenían prohibido acercarse a las mujeres. Uno de ellos empezó a cruzar el rio con un poco de dificultad, y el otro al ver a la mujer que no podría cruzar el rio, la cargo y la ayudo a cruzar. Luego de media hora el Monge que cruzo solo, le increpo al otro, ¡Cómo pudiste hacerlo!, hacer qué? Dijo el otro, pues cargar a esa mujer! A lo que el otro contesto, eso paso hace media hora; más bien yo no sé cómo tú puedes seguir cargándola en tu mente! Con esta reflexión me quiero quedar, el campeonato ya paso, los reclamos no prosperaron y todo OK. La intención de estos campeonatos es de confraternizar y si bien hicimos todo por ganarlo, ya no debemos tener la mochila pesada y sacar ese peso de encima. Para la próxima será!!!
Esta historia que les voy a contar es reciente y la verdad que he demorado un poco para empezarla a escribir, debido a quería apartar el plano subjetivo, requisito indispensable para tratar de contar esta historia como fue y aunque el resultado el final nos fue adverso, lo que quiero resaltar es como una estrategia de motivación puede llevar a movilizar a un conjunto de personas, en busca de ese objetivo. Bueno esta historia tiene que ver con el equipo de fulbito que tuve el privilegio de dirigir como entrenador, esto dentro del marco del campeonato interno de futbol y vóley que por estas fechas suele organizar la empresa donde actualmente laboro. Para empezar, este año decidimos presentar un equipo solo en el área de Administración, debido a la gran cantidad de participantes con que contamos este año. Fue así que decidimos separarnos del equipo de oficina, que por cierto es el último campeón. Entonces la valla estaba alta, pero nuestra verdadera intención era darle participación, representatividad e integración a nuestro personal del área. Hasta aquí, todo perfecto, hicimos nuestra lista de jugadores y vimos que contábamos con exactamente 12 jugadores, requisito máximo para presentarse en el campeonato. La fase de preparación estuvo llena de obstáculos para poder juntarnos a practicar con miras a este campeonato. Solo un par de veces lo pudimos hacer con resultados nada alentadores. La verdad que buenos jugadores hay dentro del grupo, y digo grupo, porque eso es lo que fuimos al comienzo del ciclo. Había que fusionar a jugadores de oficina y personal de almacén que por ubicación geográfica, trabajan en distintos lugares y por lo tanto no se conocían ni se tenían mucha confianza. Como les comente, los primeros resultados de los primeros partidos de preparación, no fueron nada alentadores, más bien diría todo lo contrario. Es ahí donde debería empezar nuestro verdadero trabajo, en convertir a un grupo en un verdadero equipo. Para que esto suceda, debíamos crear un objetivo, que sea compartido, aceptado y que lo sientan como suyo. La estrategia que se utilizo fue la de la Motivación, pues esta nos conducirá a la acción, de lo contrario no sería o no estaría bien aplicada esta herramienta tan valiosa en el mundo académico, empresarial y en nuestro caso deportivo. Con este propósito, lo primero que hicimos fue infundir un objetivo, un sueño, que más tarde se convertiría en locura, pero voy a tratar de narrarles como sucedió que este estado de locura se apodero de todo el equipo, incluido cuerpo técnico, delegado y hasta auspiciadores. La verdad que jugadores de gran nivel futbolístico había dentro del equipo, y como les decía, yo no les voy a enseñar como jugar pelota, porque eso ya lo tenían aprendido desde niños. Lo que podía hacer es ordenarlos dentro del campo para que hiciesen lo que sabían hacer y si esto vendría acompañado de una buena dosis de motivación, entonces el objetivo estaría bien encaminado. Como les comente, la clave para conseguir hacer realidad este objetivo pasaba por la herramienta clave de la Motivación, la cual debería suplir en algo la falta de preparación, que por los motivos antes descritos nos fue imposible juntarnos. Pues bien, lo primero que hicimos fue crear un Chat grupal en el whatsap, con el nombre de Administración Futbol Club, y desde donde empezaríamos a contagiarles ese sueño de lograr el objetivo. El paso siguiente fue encontrar una canción que identifique al grupo y con tal propósito empecé a subir canciones alusivas a temas futbolísticos. Al final quedo una canción que no tenía nada que ver con el futbol. Es una canción de los Enanitos verdes, y que marco parte de mi juventud con mis amigos de Breña. La canción se llama “Yo no me sentaría en tu mesa”. Hasta acá el nombre no dice nada, pero logro lo que queríamos y que era el unirnos, el identificar que el enemigo está del otro lado, (enemigo hablando deportivamente, era el rival a vencer). Parte de la letra de esta canción dice “por más que quieran sacarnos de nuestro lugar y piensen que solo somos un puñado de idiotas, no nos podrán quitarnos lo que hicimos ya, pues ahora somos más hermanos que antes” y eso era lo que estábamos logrando, el unirnos, el complementarnos, el compartir ese sueño, convertido ahora en locura. En este chat, todos los días a parte de la chacota propia de la alegría de los chicos, se impartía mensajes para meterlos cada día más en el campeonato, teníamos como les comente, que suplir la falta de partidos de preparación con mucha motivación. Hasta que llego el día del partido debut. El rival fue el equipo de Ventanilla, equipo que en la fase de preparación no solo había ganado a cuanto rival se le puso en frente, sino que los había goleado, cosa que a nosotros no nos asustaba. El día del partido por temas de trabajo (hubo despacho en almacén) llegamos con las justas a la cancha, es más mientras los chicos se cambiaban, en los parlantes se anunciaba la cuenta regresiva, que nos daban el partido perdido por walk overt. Entramos con las justas, sin calentar, sin charla previa, de frente a la cancha, fríos y eso se notó desde el principio, pues sufrimos un gol madrugador y en la búsqueda por encontrar el empate, nos encajaron un segundo y definitivo gol. Lo único que hice al finalizar el partido fue pedir a todos nuestros jugadores, que nos dirigiésemos al camerino, allí lo primero que les dije fue, tiene dos minutos para reprocharse y botar todo lo que tengan a dentro, y se dijo de todo. Acabado ese tiempo, me toco darles su café y hacerles ver sus nuestros errores, porque cuando ganamos y perdemos lo hacemos todos. Al final lo único que les pedí, fue que la salir del camerino, no lo hiciesen con una actitud perdedora (a pesar del baldazo que significo esta derrota) sino que salieran tranquilo, pues el campeonato recién empezaba y este nos traería una nueva revancha. Para el próximo partido, el equipo venia medio bajoneado, la tarea de motivación debería ser el doble, fue así que la charla técnica la hicimos el día viernes a la hora de salida (un día antes del partido). Ese día con pizarra en mano, se les dijo lo que queríamos para ese partido, no faltaron la hurras, incluida la chicharra, para darles un tono más a campeonato. En lo que concierne a la barra, nos habían confirmado que Evelyn (desde aquí mi agradecimiento) llevaría una banderola. Adicional coordinamos con Wesly (mi asistente) el llevar unos parlantes para poner música en el camerino, pues el equipo debería salir totalmente motivado, y así lo hicimos. Adicional a todo lo dicho, en la semana recibimos la noticia que uno de nuestros jugadores más conocido como El Chaval, sería papá por primera vez, y a él se le dedicaría el partido, incluso se quedó que al primer gol se buscaría la pelota y se pondría bajo la camiseta en señal de embarazo, tarea que fue realizada por el Chanchis. La charla técnica ya en pleno campo y a minutos de comenzar el partido, fue la siguiente: “Podemos perder, empatar o ganar, eso nadie me lo puede asegurar antes de empezar el partido, y que el resultado al final sería solo anecdótico, pero que algo si me podía asegurar antes de iniciar el partido, y era que ese día dejarían la piel en la cancha” y así lo hicieron, el resultado fue de 2 a 0, con goles del Chanchis, a quien en el partido anterior le había dicho que él haría dos goles. Incluso nuestro arquero Renzo atajo un penal. En resumen, el equipo metió, sudo, estuvo compenetrado, en conclusión estuvo altamente motivado. La celebración en el camerino, fue de las que nunca podré olvidar, hubo la infaltable chicharra, las hurras, la música, e inclusive un baile entre Tito y Wesly fenomenal. Todo esto ha quedado grabado en la interna del grupo. Para el siguiente y último partido habría que enfrentar al puntero del grupo Mega Plaza. Para este partido lamentablemente por temas de estudio no podría estar con el equipo, pero la función debería ser asumida por Wesly, quien se puso al equipo al hombro y supo sacar adelante el partido. El resultado fue 4 a 2 con dos goles del Chanchis y dos de Hector, quien se vistio de 9 y colaboro con dos goles. Y aquí viene lo anecdótico, pues las matemáticas, las fatídicas matemáticas hizo que sacáramos mal la cuenta y según nosotros con la diferencia de dos goles que habíamos obtenido, habíamos clasificado, esto reforzado porque en el partido anterior, el rival a eliminar había ganamos por 4 a 1, y con ese resultado, nosotros solo necesitábamos ganar por dos goles para pasar a la semifinal y así lo hicimos. Recuerdo que en la universidad a cada rato veía el celular, a la espera que me dieran el resultado, que esperaba fuese el que nos diera la clasificación. Grato fue ver en el whatsap la noticia que confirmaba que habíamos clasificado, incluyendo fotografías de ese camerino que ya me imaginaba era un verdadero festín. Lo que siguió fue posteos en el face, con las respectivas felicitaciones de amigos y familiares por la clasificación, habíamos conseguido la hazaña de clasificar, tras un debut nada auspicioso. Al llegar el lunes a oficina, siguieron los abrazos y las felicitaciones y ya empezábamos a diseñar la estrategia para lo que sería la semifinal, cuando de repente empezó a sonar en los pasillos de la oficina, que habíamos sido eliminados. No lo creíamos, pensábamos que todo era parte de una broma, cuando llego la confirmación que el partido preliminar no había acabado 4 a 1; sino 5 a 1, y con ese resultado estábamos eliminados. Se nos vino la noche!!! Lo que prosiguió fue una seria de reclamos que no vienen al caso recordarlo. El resultado final fue ELIMINADOS! De la noche a la mañana nos convertimos en el hazme reír de la toda la empresa, debido a nuestra celebración que duro todo el fin de semana, la cual ameritaba un FE DE ERRATAS!, pues estábamos eliminados. Esta eliminación destrozo al grupo, nos cortaron las alas, nos despertaron del sueño, era como que encontraron el antídoto para nuestra locura, de la cual no quería salir, pues queríamos y teníamos equipo para llevarnos el campeonato. Como les comente anteriormente el resultado sería anecdótico y vaya que así o fue. Pero desde aquí quiero rendirles un homenaje, respeto y agradecimiento al equipo de fulbito de Administración FC, que dejo todo en la cancha, literalmente la piel. Que supo reponerse de un traspié inicia. Que entendió en las épocas de crisis es donde salen los mejores resultados, si el equipo esta compenetrado. Que vivió, sintió y gozo este campeonato como una fiesta. Finalmente, voy a recordar una historia que cuenta David Fishman, en su Libro La rentabilidad de la Felicidad, el cual dice que cierto día se encontraban dos Monges a punto de cruzar un rio, el cual estaba medianamente caudaloso. Al llegar a la orilla del rio, se percataron que había una mujer que no podía cruzar, pero ellos, los Monges tenían prohibido acercarse a las mueres. Uno de ellos empezó a cruzar el rio con un poco de dificultad, y el otro al ver a la mujer que no podría cruzar el rio, la cargo y la ayudo a cruzar. Luego de media hora el Monge que cruzo solo, le increpo al otro, ¡Cómo pudiste hacerlo!, hacer qué? Dijo el otro, pues cargar a esa mujer! A lo que el otro contesto, eso paso hace media hora; más bien yo no sé cómo tú puedes seguir cargándola en tu mente! Con esta reflexión me quiero quedar, el campeonato ya paso, los reclamos no prosperaron y todo OK. La intención de estos campeonatos es de confraternizar y si bien hicimos todo por ganarlo, ya no debemos tener la mochila pesada y sacar ese peso de encima. Para la próxima será!!!