domingo, 13 de abril de 2014

Kitty Kitty El Modelo

Kitty Kitty, es el sobrenombre o chapa que le pusimos a mi buen amigo Christian, más conocido como “el chato”, quien por motivo de buscarse un mejor futuro, no tuvo mejor idea que la de irse del país, y buscar nuevos rumbos, esta vez por Italia; es decir “el chato” es de exportación.
Al gran Kitty Kitty tuve la oportunidad de conocerlo en el tercer año de secundaria, de mi glorioso colegio Mariano Melgar. La verdad que Kitty no fue precisamente de los alumnos que sobresaliera por sus excelentes notas, pero si por su personalidad arrolladora. La verdad que no conocido a un tipo más seguro, tenía una actitud ganadora, aunque hay veces los buenos resultados no lo acompañaban, pero eso al fin y al cabo no mellaba su buen carácter.
Recuerdo que por esos tiempos la suerte en lo económico no lo acompaña (motivo por el cual finalmente decidió emigrar al viejo continente) pero eso no aplacaba su actitud positiva hacia la vida. Era un verdadero “mil oficios”, antes que Adolfo Chuiman llevara a la televisión la seria de gran éxito a comienzo del año 2000 (hasta creo que se inspiraron en su vida).

El gran Kitty tuvo diversos empleos, entre los cuales se puede destacar vendedor de computadoras,  técnico instalador de cable mágico, vendedor de hamburguesas (creador de las famosas Kitty Burguer), damo de compañía, representante de strep tease y cómo no, modelo. De este último oficio quiero compartirles una anécdota que lo pinta de cuerpo entero, como un tipo al que nunca le decía no al trabajo, más aun si la paga era buena.
Cierto día mi gran amigo Manguito que por esos días se cachueleaba los sábados posando como modelo (de rostro) en la escuela de Bellas artes de la universidad católica, trabajito que había conseguido gracias a que un vecino trabajaba como profesor en esa escuela, y viendo que mi amigo tenia buena presencia, lo tentó para ganarse un dinerito nada despreciable por solo estar quieto durante dos horas que duraba la clase. Pues bien este amigo, viendo que el gran Kitty no se hacia una, y era el blanco de la chacota, por sus constantes periodos de arcas vacías, incluso parecía un pingüino (porque sus manos no llegan a los bolsillos) y claro sino trabaja el pobre, no tuvo mejor idea que darle una manito y le propuso llevarlo a la escuela para que también fuera modelo y de esta forma se ganase un dinerito fácil.
Como les comente al comienzo, el Kitty era un tipo súper positivo y de inmediato sin pensarlo dos veces acepto la propuesta. Es más hasta prometió que las cervecitas de ese fin de semana, él las pondría (tal vez cansado por las constantes bromas), por lo cual las expectativas entre los amigos del barrio eran grandes…. Ese día el chato, se encargaría de ponerlas las chelitas!!!!

Llegado el día, kitty Kitty fue a buscar a Manguito y ambos partieron rumbo a la escuela de bellas artes. En el camino Kitty Kitty ya imaginaba la celebración que ese día correría a su peculio.

Cuando llegaron y fueron recibidos por el profesor, manguito le comento que había traído a un amigo para que posara también como modelo, los presento y partió rumbo al salón al cual lo habían programado. Al quedarse el profesor y Kitty solos, este lo miro de pies y cabeza y luego de exhalar fuertemente, le dijo que le apenaba mucho, pero que no le parecía ser un buen modelo, pero Kitty no podía regresar al barrio con las manos vacías (la promesa de que el pagaría la juerga ya estaba hecha), así que le suplico al profesor que por favor le diera una oportunidad, pero este insistió en que no lo veía como un modelo de rostro. Esta noticia lapidaria puso muy triste y a la vez preocupado a Kitty (en su cabeza ya pensaba rápidamente que les diría a los muchachos del barrio). Bueno en fin ya no habías más que hacer, así que agradeció al profesor, se dio media vuelta y empezó su camino de regreso. No habría dado más  de cinco pasos, cuando el profesor le dijo…..salvo que quieras posar desnudo. Desnudo??? Exclamo Kitty!!! Quien aunque no lo crean tenía su pudor. Esta usted loco! Le replico Kitty, y prosiguió su camino. La paga es el doble! exclamó el profesor.... y fueron estas mágicas palabras las que hicieron que mi amigo, hiciera a un lado su pudor y aceptara de inmediato el empleo (aunque sean temporal) total la paga proyectada para ese día ahora era el doble. Nada podría estar mejor, la suerte parecía que esta vez no le seria esquiva al buen Kitty kitty.

Al llegar al vestuario, se encontró dos fornidos modelos, quienes les dieron la bienvenida, por cierto estos dos ya se encontraban desnudos. Lo que prosiguió en esa conversación, fue una de las más incomodas conversaciones, en donde rápidamente entendió que la conversación era mirándose a los ojos, nada de mirarse siquiera de reojo por de bajo del cuello.

Luego, ya no había tiempo para más, Kitty fue llamado a su salón, y luego de entrar y saludar, se percato que la mayoría de salón estaba compuesto por jovencitas… la cosa se empezaba a poner dificultosa. Bueno ya no había como echarse para atrás, total estaba desnudo frente a un auditorio, y para esas alturas, ya no podía existir una situación más incómoda. Fue el profesor quien lo invito a sentarse en una banca sin respaldar con los brazos hacia atrás y las piernas abiertas sobre el asiento..... una posición nada cómoda.

Conforme pasaban los minutos, y al ver que las chicas se le acercaban para mirarlo  fijamente y tomar las medidas de lo que plasmarían en su tablero de dibujo, no sé por qué extraña razón tuvo unos minutos de desconcentración y su mente empezó a volar y parte de su cuerpo empezó a crecer…..que incomodo pensó Kitty, que hago ahora, y mientras más pensaba más excitado se sentía, lo cual hizo que el salón explotara en risas, cosa que fue percibido por el profesor, quien al darse cuenta de lo sucedido, le  llamo inmediatamente la atención y le indico que fuera más profesional, que pensara en otra cosa y lo mando al patio a caminar (por cierto a caminar desnudo). Mientras camina buscando que las cosas se calmaran y volviera todo a su cauce normal, grande fue su sorpresa al verse cara a cara con Manguito, quien ya había acabado su clase y lo estaba buscando. Que te paso??? Le dijo Manguito. Que haces calato?. Después de explicarle lo acontecido, Manguito le dijo….. Esto lo va a saber todo el barrio!!.

Y fue así como mi amigo Kitty Kitty se convirtió en todo un modelo, un profesional del arte del cuerpo desnudo. Recuerdo que esas chelas fueron de las más agradables, sobre todo porque una promesa se cumple cueste lo que cueste.


Grande Kitty!!!!!

domingo, 9 de febrero de 2014

Día de San Valentín

Existen diversas teorías acerca del origen del día de San Valentín, lo cierto es que Valentín fue un sacerdote que vivió en el siglo III de de la época romana, en cuyos tiempos se tenían prohibido los matrimonios de personas jóvenes, pues estos eran perfectos soldados si se mantenían solteros y libres de ataduras. Es aquí donde resalta la figura de Valentín, quien asiendo caso omiso y de forma oculta, casaba a estos enamoradísimos jóvenes. Algunos dicen que al enterarse el emperador romano Claudio II, mando a matar al sacerdote un 14 de febrero, de ahí que es en esta fecha que se celebra el día de San Valentín. Otros dicen que es ese día la fecha de su onomástico.

En los países Nórdicos, se dice que en ese día (14 de febrero) los pájaros se juntan y se aparean, es por ello que este día lo consideran como el día de amor. En fin, lo cierto es que esta fecha es un pretexto ideal para que las parejas expresen su amor y en nuestro caso (mis amigos y yo) le jugáramos una bromita a algún amigo en nombre del amor.

Resulta que un 14 de febrero, cuando tenía 13 años de edad, nos juntamos con mi amigo cachivache y el  Negro, para jugarle una bromita a “El loco”. En qué consistió esta inocente bromita?.....pues nos transformamos en Neruda e invadidos por la euforia de la fecha, decidimos escribirle una carta de amor a  “El Loco”. La remitente era nada menos que una chica de la cuadra 9, la cual por supuesto no sabía absolutamente nada y para ser sinceros no sabíamos si al menos le gustaba este amigo.

Pues bien, luego de escribir una inspiradora y romántica carta, en la cual esta chica le confesaba su amor, le solicitaba que en caso fuera correspondido su hasta entonces amor secreto, se acercara a su casa, y no le comentara lo de la carta, por el prejuicio, que es el chico quien se debería declararse a la chica y no al revés, y le confesara su amor, “ojo” sin hacer mención a la carta previa, la cual era un grito en silencio de un sentimiento que no lo podía mantener más en secreto.

Para esto, nosotros no podíamos dejar de reírnos de pensar en la cara que pondría el Loco de la emoción, quien era mayor que nosotros por 2 años, y ya por eso tiempos demostraba la inquietud por conseguir una enamorada, y si esta te caía del cielo, que mejor regalo de San Valentín!

Terminada la carta y puesta en un sobre, nos acercamos a la casa del loco, luego de percatarnos que se encontraba solo en casa, porque de lo contrario su mamá lo hubiera partido a palo, aunque este amigo no tuviera la culpa por despertar aquellos sentimientos en una fémina. En fin la dejamos la carta por debajo de la puerta, tocamos la misma y salimos corriendo  a escondernos, para de lejos ver los efectos que surtiera aquella carta de declaratoria de amor.

En el momento en que dejamos la carta, serían las 6 de la tarde y para las 8 de la noche, en que seguimos esperando a la reacción del Loco, no pasaba nada, para ser sinceros, pensábamos que este amigo, no se la había creído y que por el contrario nos devolvería la broma en otro momento, por lo cual deberíamos estar más que atentos. Bueno , ya había pasado un tiempo más que considerable y cuando aceptábamos que la broma no había resultado efecto, fue cuando vimos salir a El Loco bien bañado cambiado y por supuesto perfumado, nosotros no podíamos dejar de reírnos, total había caído en la broma y esperábamos que se acerque al grupo para alardear de sus encantos para con las mujeres y nosotros en ese momento decirle que todo había sido parte de una cruel broma, pero grande fue nuestra sorpresa al ver que paso por la acera del frente donde nos encontrábamos nosotros y literalmente nos ignoro, a pesar que lo llamábamos insistentemente (para aclarar lo de la cartita). A nuestros gritos de llamado, solo atino a alzarnos el brazo y decirnos que estaba apurado, pero por la vestimenta, ya sabíamos a donde lo conduciría a aquel paso apurado.

Nosotros nos encontrábamos asustados, la broma se nos había escapado de las manos. Nos imaginábamos a la mama de esta chica, buscando a las nuestras para contarle aquella pesada broma e incluso ya nos imaginabamos el castigo que tendríamos por bromear en nombre del amor.

Lo que paso en la puerta de esta chica y lo Loco nunca lo supimos, lo cierto es que a partir  de esa fecha se volvieron enamorados y luego de un año producto de este amor, este amigo se convirtió en un padre adolecente. Recuerdo que recién había acabado la secundaria cuándo el rumor en el barrio era que el Loco había embarazado a la chica de la otra cuadra de nuestra calle.

De este tema no nos podríamos sentir culpables, pues nosotros en nombre del amor solo hicimos una pequeña parte en juntar a dos almas que imaginamos, ya se gustaban y lo demás fue consecuencia de la euforia del amor.

Al cabo de un tiempo, esta parejita se separo y cada uno hizo su vida, eso si El Loco, siempre fue responsable de la manutención de este hijo, hasta que la fatalidad hizo que un cierto día, en un paseo escolar, este angelito perdiera la vida. Lo que sucedió fue que cuando se encontraban en un bote con sus amigos, al parecer perdió el control y se golpeo la cabeza (no había otra explicación, puesto que sabía nadar). Una perdida lamentable.

Es por ello que a los paseos escolares de Juanjo (y posteriormente de Sabas) si no voy yo o su mama, no hay forma que le demos permiso, al menos hasta que sea lo suficientemente grande para cuidarse solo.

Bueno amigos, esta historia que empezó como una broma, termina siendo triste, por lo antes relatado, pero lo que debemos tener en cuenta son las consecuencias de nuestros actos y decisiones, muchas de las cuales por más sencillas que parezcan, muchas veces suelen tener una trascendencia enorme.  Como dice aquel adagio popular acerca de la crianza de nuestros hijos.... Hasta los 10 años de edad debemos ser los padres, de los 10 a los 20, sus maestros, y para toda la vida ser su amigo.

Desde este pequeño rincón, rindo un homenaje a esa persona que ha sabido ser más que una pareja, una amiga y cómplice de mis sueños, aquella que ha sido capaz de tolerarme y levantarme de las caídas, aquella que cree en mi más que nadie en el mundo (incluso que yo mismo), porque dentro de la etapas del amor, luego de ser pasional, este pasa a ser maduro y en esta etapa donde prima la admiración y eso es lo que ambos profesamos, a parte que aun me sigue gustando tanto como la primera vez que la vi. Te amo Mary.


Feliz día de San Valentín.

sábado, 25 de enero de 2014

El fatídico cuarto año de secundaria

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, pero toda regla tiene su excepción, sobre todo si el recuerdo viene con huellas imborrables para nuestra memoria.

Esta historia tiene que ver con el cuarto año de educación secundaria, cuando más de la mitad de mi salón repitió el año. Tengo entendido que cuando más de una cuarta parte de un salón sale reprobado es porque algo en el sistema educativo no ha funcionado para la mayoría, y por lo tanto es imposible que sea por culpa del alumnado; sino más bien como repito por el sistema educativo que no funciono…..al menos con mi querido salón.

Recuerdo que la mayoría veníamos desde primer grado, es decir que para entonces ya teníamos junto más de 10 años, por lo tanto éramos una familia, pero como bien dicen en toda familia, también se cuecen habas.

El salón era todo menos un lugar donde se podría adquirir conocimientos, bueno al menos los  académicos establecidos dentro de la curricula escolar.

En defensa de aquellos compañeros que vivieron esa traumática e imborrable experiencia, debo comentarles que ese año nuestro salón estaba compuesto por 51 alumnos, es decir una sobre población escolar difícil de controlar, y donde la chacota y la palomillada era el plato fuerte de cada clase.

Ese año éramos tantos (superpoblación escolar) que teníamos déficit de carpetas, y la disputa por estos asientos con otros salones era una guerra declarada todos los días. Recuerdo que al regreso de la hora del recreo, algunas veces llegábamos al salón de clase y no había carpetas, puesto que los alumnos de otro salón aprovechando el vacío propio de la hora del recreo, se las había apropiado, situación que finalmente acabada con una guerra por recuperar el preciado tesoro. En los días siguientes no quedaba más remedio que marcar las carpetas con las iniciales de cada estudiante, las mismas que la hacíamos con vidrio. Recuerdo que en una de estas guerras por recuperar las carpetas, un amigo de uno de nuestros compañeros al que llamábamos Borracho, y que venían a reforzar a nuestro salón en aquellas interminables peleas, saco un revolver, es decir la recuperación de estas carpetas, era por las buenas o por las malas.

Por el lado del profesorado, creo que no tuvieron el tino para controlar o declarar en emergencia este salón. Algunos profesores como la recordada profesora de Biología,  de nombre Tula, en un momento de desesperación al ver que nadie le hacía caso, agarro a rodillazos a mi difunto compañero Amoroto (dos años después de terminar  el colegio se estrello con su auto y perdió la vida). Escenas como estas eran el pan de cada día. Como nadie le hacía caso, optaba por simplemente ponerse a escribir sin parar en la pizarra, para luego casi sin dar tiempo, borrar la misma. Era una estrategia para según ella tener al salón atento a su clase, cosa que casi nadie seguía y nos daba igual lo que escribía.  Después de percatarse que esto no funcionaba, se dedicaba a dictar las dos horas que duraba su clase, cosa que lo hacía desde la puerta del salón para evitar que los alumnos se escapen, Si  me pregunta que tanto aprendí de Biología en mi época escolar, pues tal vez lo mismo que un estudiante de primaria sepa de energía nuclear.

Otra clase muy apreciada era la dictada por el profesor de Religión, cuyo apellido era Yacolca. Es más hasta tenía una canción de recibimiento, la cual era entonada por todo el salón y cuya letra decía a Yacolca le gusta el pi piri piri piribiri biri, cosa que por supuesto no era del agrado del profesor, pero no tenía más remedio que aguantar, total era una muestra de cariño del salón.

No había profesor que la pasara bien, y finalmente su venganza fue el desaprobar a la mayoría del salón.

Una de las particularidades que tenía el colegio, no sé si aun la mantendrá, era que la clausura del año escolar fuera el día 30 de diciembre y la entrega de libretas la primera semana de enero (como para pasar un buen año nuevo). Esa primera semana de enero recuerdo que al llegar al colegio a recoger mi libreta, encontré a dos amigos al borde de las lagrimas por que había repetido el año,…¿qué cosa les dije?, no puede ser, al seguir avanzando encontré a un par más de compañeros que estaban en la misma situación. A pesar que mis notas de los bimestres pasados estaba todo bien, no les puedo negar que tenía miedo de recoger la libreta, me imaginaba que tal vez era una venganza de nuestros profesores por el mal comportamiento. Para esto ya contabilizaba más de quince compañeros que no sabía qué hacer porque había perdido el año escolar. Fue cuando me arme de valor y me acerque a recoger mi libreta y no la abrí hasta que salí de aquella oficina y finalmente pude comprobar que no estaba dentro de aquella fatídica lista de repitentes. Sentí un gran alivio, pero no podía dejar de preocuparme por la enorme cantidad de compañeros que no nos acompañaría en lo que sería nuestro último año escolar.

Lo que me quedo como enseñanza de aquel año escolar, es que por más que la corriente te arrastre hacia una dirección, somos nosotros finalmente los que podemos cambiar el rumbo y no dejarnos arrastrar, que hay momento para todo y todo tiene su tiempo y dedicación.

El día de hoy que escribo esta historia, me contacte por el facebook, con un amigo que tuvo la suerte de no estar en aquella lista negra y del que no había sabido nada desde que dejamos el colegio, y entre tantas cosas  recordamos aquel Fatídico cuarto año de secundaria


Nos vemos!