domingo, 24 de noviembre de 2013

El Tarot y Yo


El Tarot es una baraja de naipes con figuras a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños, percepciones o estados emocionales, constituyendo además, un tipo de cartomancia.

Todo empezó una tarde de primavera, justo a la hora del almuerzo en mi antiguo trabajo. Recuerdo que estos solían ser muy amenos y concurridos, hasta que un día una amiga se apareció con unas barajas de tarot, que le había llegado junto con su revista “Gisela”, además adentro de la revista venía una breve explicación de cómo utilizarlas.

Bueno, esta amiga empezó leyendo el tarot a los comensales de mesa por mesa y la sensación que causaba era de expectativas y emoción, aunque luego de leídas las cartas notaba que la gente se quedaba más confundida que al principio, pero total era un juego y había que seguir la corriente. Hasta que llego mi turno, se sentó en mi mesa y me dijo que partiera el mazo de cartas previamente barajadas en tres, y así lo hice……fue en ese momento que mientras consultaba su revista para ver cuál era la interpretación, pude notar que había cierta conexión entre las cartas y yo. Luego, cuando en medio de la interpretación acerca de mi futuro, interrumpí, y le dije que no era eso lo que decía el tarot y le propuse leerle yo las cartas…. y así lo hice, el resultado fue asombroso, aunque en ese momento todos asociaron a que como era  mi amiga, tal vez parte de lo que le había dicho, ella ya me lo habría comentado, y por ello el motivo de tan acertado pronostico. Herido en mi amor propio, le propuse a otra amiga leerle las cartas y al final termine leyéndoles a todos los que se encontraban en el comedor. El resultado final?…..pues tenía a todo el auditorio rendido a mis pies… había terminado por convencer a uno por uno que estaban frente al nuevo chaman de la empresa. Yo en el fondo me reía, pero no podía salir de mi asombro por lo que había conseguido.

Al pasar los días, el comedor se convirtió en un lugar esotérico y de consultas, cada vez se me acercaba más compañeros a consultarme sobre su futuro. Sencillamente era algo que no podía controlar, mis compañeros estaban eufóricos y cada vez más deseosos  de saber que les repararía el destino.  

Recuerdo que era tanta la expectativa por leerles las cartas a mis compañeros, que una amiga no tuvo mejor idea que hacer una agenda, en donde ella se encargaría decoordinar las citas, eso sí, la lectura solo se hacia los martes y viernes, para no dejar de tener vida. Muchas veces no alcanzaba el tiempo para leerles las cartas a todos, por lo que perfeccionamos el método y decidimos tener un número de citas por día…. Con ello, todo caminaba a la perfección.

 

En ese tiempo trabaja en el área de publicidad y mi centro de operaciones estaba en oficina, pero constantemente debía ir a las tiendas en donde comercializábamos nuestros productos, y como bien dice el refrán  “hazte fama y échate a la cama”, pues con solo llegar a las tiendas causaba alboroto entre mis compañeras, quienes ya se habían enterado que leía las cartas y pugnaban por que se las leyese. Lo que nació como un juego (y siempre lo consideré así) había llegado a límites insospechados…me había convertido para algunas compañeras en su consultor y guía. Y no exagero, recuerdo que en algunos casos me llevaban a leerles el tarot (claro está que con engaños), a sus amistades, a quienes les habían contado de mis aciertos en la lectura de las cartas.

Recuerdo que me decía la secretaria de la empresa, mientras no se entere el Gerente (que no creía en estas cosas) todo está bien!. Para serles sincero, yo ya no quería seguir con este juego, pero a esas alturas ya había una dependencia muy alta, y por más que les decía que ya no podía o que no tenía tiempo, al verles sus caras de angustia por querer que les aconseje, terminaba cediendo…. Y la palabra clave era “aconsejar” porque finalmente eso era lo que hacía, y lo hacía bastante bien. Modestia aparte debo reconocer que una de mis mayores virtudes se da por el lado de la comunicación, y ese era “El SECRETO”, adelantarme a lo que pensaban mis compañeros, el decirles lo que ellos querían escuchar, debido a que luego de las leídas venia el consejo y ahí podía explayarme y de cierto modo lucirme y terminar por convencer a mis seguidores.

Hasta aquí todo bien, hasta que una tarde de viernes, más o menos 5 y media de la tarde, al regresar  a oficina de una de mis acostumbradas visitas a tiendas y ya pensando en el fin de semana, me para en la puerta la secretaria y me dice con cara asustada…”ya fuiste” ya se entero el Gerente  y dice que vayas junto con tus cartas a su oficina. Por cierto mis cartas siempre las traía conmigo, así que lo que hice fue ir directo a su oficina, había que enfrentar y poner el pecho a algo que como les comentaba, empezó como un juego pero para mis compañeros se volvió una costumbre adictiva.

Luego de anunciarme y entrara a la oficina del Gerente, este me recibió  diciéndome…. ¡Así que tu eres el famoso Harry Potter de la empresa !!!., yo quede impactado por tremendo recibimiento, irónico y retador a la vez. Yo se que todo lo que haces respecto a esas cartas son mentiras, me dijo, a ver, quiero que me digas cual va hacer el monto de ventas para fin de año, a lo que le respondí, que esa cifra no se la podía dar, pero que en cambio le podía leer las cartas a él. Para entonces me sentía herido y seguro de mis poderes para ver el futuro – No me dijo -  yo no creo en esas cosas, pero vamos a que le leas al Gerente de Finanzas, quiero desenmascararte. Y salimos de su oficina rumbo a la oficina de este Gerente, y  al ingresar a su oficina, le dijo, quiero que te lea las cartas para demostrarles a todos que no es acertado ni nada por el estilo, y este Gerente que tenía como se dice en el argot criollo “rabo de paja”, se negó  rotundamente a que le leyese las cartas. No dijo, yo tampoco creo en esas cosas, por lo que salimos inmediatamente de esta oficina y nos dirigimos para las oficinas de las managers. A ver,  quien quiere que le lean las cartas, muchas de las managers a las que les leía de forma constante, ignoraron la solicitud, pero una de ellas a la que nunca le había leído, tal vez porque no teníamos mucha confianza, se paro y me dijo, léemelas a mí,  yo no creo en esas cosas! exclamo. Pues bien no había tiempo para más, había que demostrar que tan acertado era, la diferencia era que ahora, lo tenía que hacer en presencia de un auditorio desafiante.

Luego de sentarme frente al escritorio de esta manager y una vez sacada mis cartas, pude notar que había mucha gente a mí alrededor. La presión y expectativas estaban al máximo!!!...es ahí cuando debe aflorar el aplomo y carácter del ser humano, para capear el temporal y buscar salir adelante. Y así lo hice. Luego de barajadas y sacadas las clásicas tres cartas a esta managers, pude ver en estas, algo realmente incomodo. Levante la cabeza, y mirándola fijamente a los ojos, le consulte, que si lo que veía en las cartas se lo podía decir frente a todos – a lo que respondió – sí, yo no creo en esas cosas, me dijo con una sonrisa burlona.  Estas segura replique, porque lo que voy a decirte es bastante privado. Ella me miro y puede notar cómo empezó a  dudar – pueden dejarme a solas, dijo. A lo que el Gerente inmediatamente exclamo – ya te está trabajando a la sicología – no caigas!, replico. Pero para entonces ya había una conexión entre ella, las cartas y mi persona. Por favor retírense insistió, yo luego les comentare si es o no acertado, y les daré los créditos del caso. Fue así como nos dejaron a solas.

Que ves en esas cartas? me dijo – veo que estas en un proceso de divorcio y que tu esposo se acaba de ir de la casa, para ser más exacto hace una semana….. Hasta ahora recuerdo los gestos de impresión en su cara – no puede ser !!!, a nadie le he contado esto, me dijo. Lo que prosiguió fue una serie de preguntas y consultas, que no vienen al caso detallarlas. Lo que sí, una vez que termine de leerle las cartas, cumplió con su promesa, pues me tomo del hombro y nos paseamos por los pasillos de la empresa, diciendo ella, ES CIERTO, ES CIERTO, SI TIENE PODERES PARA VER EL FUTURO.

Después de ello, ya con los créditos debidamente probados,  seguí por un buen tiempo leyendo las cartas. Hasta que un día, me aconsejo una persona, que leía mucho acerca de los ángeles, que dejara de hacerlo, pues si bien era posible que contara con ciertas cualidades o virtudes para predecir el futuro, al final esto no me conduciría a nada bueno, y le hice caso. Finalmente la gente a la que  acostumbraba a leerles las cartas, me siguió buscando, pero él no por respuesta se volvió una constante, hasta que se convencieron finalmente que para mí, esa parte de mi vida, ya había acabado.
Definitivamente quede con mil anécdotas sobre este pasaje de mi vida, las cuales les hare llegar en una segunda parte (El tarot y Yo, parte II), porque sinceramente son muchas, pero muchas las historias, que no se pueden resumir en una sola entrega. Pero por ahora considero que es suficiente.

Nos vemos...

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